Pardo, era pardo,
Como una tarde nublada,
De orejas grandes y hocico alargado,
Y rabo juguetón.
Atendía al nombre de capón,
Y retozaba sin parar por la cuadra,
Era muy cariñoso y suave,
De tacto a los dedos como la lana,
Le gustaba salir al campo,
Con su atajaré y su albarda.
Pardo era pardo,
Como una tarde nublada,
Le gustaban las zanahorias,
Los terrones de azúcar y la alfalfa,
Siempre rebuznaba cuando a él me acercaba,
Y me miraba con ternura,
mientras yo lo acariciaba.
Pardo era pardo,
Como una tarde nublada,
Era noble, cariñoso y bueno,
Solo le faltaba el habla,
Media algo más de metro y medio,
con un gran corazón y una infinita alma.
Pardo, era pardo,
Como una tarde nublada,
De orejas grandes y hocico alargado,
Pezuñas negras, pequeñas,
Y rabo juguetón.