Vivir en compañía,
fue negarse vivir en soledad,
tantos caminos, tantos mares, tantas prisas,
ayer mi corazón salto por la ventana,
la soledad se instaló a vivir aquí,
la vida se quedó estática y sin ganas,
y la esperanza tiene ganas de morir.
De repente se hizo el silencio,
y el silencio se llenó de recuerdos,
y hoy tu recuerdo mato a mi olvido,
Dejándome desnudo en soledad frente al espejo,
Contemplando una imagen que ya no reconozco,
Desapareció el niño, y apareció el viejo.
Hoy empieza lo que ya se terminó,
el día después de la tormenta,
que no dejo nada intacto,
nada vivo, nada en pie,
arrasando con todo,
dejando la vida en un después,
dejando la vida del revés.
Que queda después de la tormenta,
después de la tormenta no queda nada,
sueños por cumplir, canciones que matan,
manos huérfanas de tus manos y tu piel,
brazos que ya no abrazan,
labios sedientos de sed,
y un cuerpo moribundo que te añora y te llama.
Los fantasmas se multiplican,
recorren sin cadena toda la casa,
tu muerte es mi condena,
tu ausencia mi desgracia,
mientras tu foto me mira,
Clavándome los recuerdos en el alma.
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