martes, 8 de octubre de 2024

COBRIZOS Y PLATA





Sopla el viento en el albero,

las campanas del reloj de la plaza dan las ocho,

llueve y las calles están vacías, en silencio,

la sierra se viste de cobrizos y platas,

ya ha llegado el otoño,

las chimeneas cobran vida,

y la vida se da cita al rededor del fuego.


Los arroyos deben correr con un ruidoso torrente,

solo hay que ver como corre el agua por las calles,

en la plaza grande ya no queda gente,

ya han cerrado por hoy todos los bares,

la Nila, Caramelo, el Calvo y hasta el Emigrante,

el último en cerrar fue Maximiliano el panadero,

después de cerrar la panadería de Jose y de la Nati.


Hoy el día invita a estar en casa,

aunque hay que recoger la cosecha,

todo queda para mañana,

nada se puede hacer con los árboles y la tierra mojada,

salvo ser pacientes y esperar,

a que salga el sol otra vez en el cielo, y volver a empezar.


Cuéntame una historia de esas que hacen soñar,

que me llevan al pasado, que me llevan a recordar,

a volar sin alas, a traer de vuelta a aquellos que ya no están,

que partieron y dejaron su huella en el cariño de los demás,

Cuéntame una historia abuelo, de esas que me sueles contar,

del curandero de Casar de Palomero, del molino hundido, o la de cualquier lagar.


Sopla el viento en el albero,

las campanas del reloj de la plaza dan las ocho,

llueve y las calles están vacías, en silencio,

la sierra se viste de cobrizos y platas,

ya ha llegado el otoño,

las chimeneas cobran vida,

y la vida se da cita al rededor del fuego.





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