lunes, 26 de agosto de 2024

EN PIE

 



Como el mar golpea las rocas,

Así golpean tus palabras, mi corazón,

y en la arena muero sin remedio,

en una cuneta a la orilla del camino,

entre mí existir y mi morir,

sigo siendo un nómada sin casa.


Me he convertido en un paria sin amo, ni señor,

que recorre las calles de esta ciudad,

sin prisas, sin ganas, ni dirección,

buscando apenas un lugar,

antes de que se esconda el sol,

esperando ver si esta noche por fin resucito.


No pienso achantarme por nadie,

si quieres que de marcha atrás,

Tendrás que pelear conmigo a vida o muerte,

Tendrás que jugarte contra mí tu piel,

sé valiente, atrévete,

que aquí te espero mientras pueda mantenerme en pie.


Ahora reto a mi destino,

a encontrarnos en cualquier esquina,

no soy pastor, ni sigo al rebaño,

no me dejo llevar, pues hace años aprendí a pensar,

y aunque cada vez me siento más huraño,

desde entonces camino en total libertad,

sin dar explicaciones ni a instituciones, curas, ni reyes.


Puedes encontrarme donde nadie me espere,

en el lugar a donde nadie irá,

al otro lado de la gente que camina con prisas,

en un banco del parque o al final,

del túnel donde la luz sea más pura,

denunciando las injusticias, derribando mil barreras,

gritando y escupiendo mi verdad.


No pienso achantarme por nadie,

si quieres que de marcha atrás,

tendrás que pelear conmigo a vida o muerte,

tendrás que jugarte contra mí tu piel,

sé valiente, atrévete,

que aquí te espero mientras pueda mantenerme en pie.


Como el mar golpea las rocas,

Así golpean tus palabras, mi corazón,

y en la arena muero sin remedio,

en una cuneta a la orilla del camino,

entre mí existir y mi morir,

sigo siendo un nómada sin casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario