Ay, si yo supiera escribir,
escribir como escribe el maestro,
cuantas veces diría esta boca es mía,
jamás me perdería las rebajas de enero,
ay si yo supiera escribir como escribe Sabina,
con sus octavillas y sus cuartetos,
con sus penas y alegrías,
hacer de la rima un arte, y hacer arte de la rima.
Ay, si yo supiera escribir,
escribir como escribe el maestro,
cuantos bares cerraría en negras noches,
cuantos pactos entre caballeros,
cuantas Barbies y princesas,
con una guitarra y un sombrero,
cantaría para Diegitos y Malfaldas,
todos mis poemas, todos mis versos.
Ay, si yo supiera escribir,
escribir como escribe Sabina,
con su picaresca empedernida,
con sus verdades y sus reproches,
con sus medias tintas,
con su lengua viperina,
su desdén, su arte, su chulería,
sus noches de insomnio,
sus ángeles y sus demonios.
Ay, si yo supiera escribir,
escribir como escribe el maestro,
con sus pájaros de Portugal,
con sus, sin embargo, y sus contigo,
con su puerta de Alcalá,
sus bulevares de sueños rotos,
con sus cuerdos y sus locos,
y sus peces de ciudad,
que cada noche toman pastillas para no soñar.
Ay, si yo supiera escribir,
escribir como escribe el maestro,
y nos dieran las diez y las once,
vería la vida con otros ojos,
y no me sentiría tan joven,
ni me sentiría a veces tan viejo,
te gritaría a ti, si a ti,
que vives ahí metido en mi pellejo,
así estoy yo sin ti,
y si me retas lo niego todo.
Ay, si yo supiera escribir,
escribir como escribe Sabina,
con su picaresca empedernida,
con sus verdades y sus reproches,
con sus medias tintas,
con su lengua viperina,
su desdén, su arte, su chulería,
sus noches de insomnio,
sus ángeles y sus demonios.
Ay, si yo supiera escribir,
escribir como escribe Sabina,
con su traje de rayas, con su sombrero,
sin su mes de abril, con su mes de enero.