Aquí estoy sentado,
sentado pasando el rato,
viendo pasar sin prisa las horas,
pensando y pensando,
qué rápido se ha pasado la vida,
qué corto se me ha hecho el tramo.
Aquí estoy sentado,
ya con ochenta años,
con la espalda encorvada y arriñonado,
de tanto trabajar la tierra,
en otoño, invierno, primavera y en verano,
para llevar comida a la mesa, para ganar unos reales,
para que los míos no pasaran por lo que yo había pasado.
Aquí estoy sentado,
mientras pasa algún paisano,
con la tranquilidad que dan los pueblos,
con sus ratos buenos y malos,
le pregunto,
¿Cómo va la vida? ¿Qué tal van los sembrados?
Con la boina calada y en la boca un cigarro,
me contesta con cariño mirando,
Todo va muy bien, todo va tirando,
y si el tiempo quiere y llueve como otros años,
habrá buena cosecha y habrá peces en ríos,
y mucha agua en los pantanos.
Hay de aquellos tiempos donde yo andaba moceando,
Cuando las tierras eran monte, llenos de zarzales altos,
cuando había que arrancar las jaras con el pico y las manos,
para sembrar olivos y cerezos con esfuerzo, con el sudor de la frente,
trabajando de sol a sol como esclavos.
Aquí estoy sentado,
sentado pasando el rato,
viendo pasar la vida,
viendo pasar a mis paisanos,
con la boina calada, con una rama de castaño,
esperando a que me llame mi mujer,
para subir a cenar y acostarnos.
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