Era una noche negra,
negra y con muy mala baba,
llovía como nunca había llovido,
y los arroyos corrían como si no hubiera un mañana,
de lado a lado arrastrando todo a su paso.
El cielo oscuro tronaba y se iluminaba,
como si fuera a caernos encima de la cabeza,
y al infierno con el diablo nos llevará,
el mismo que se frotaba una y otra vez las manos,
y se reía a carcajadas.
El viento soplaba muy fuerte,
mientras el niño lloraba en la cama,
había mujeres con velas encendidas,
rezándole a dios y a la Cruz Bendita,
para que nada malo pasara.
Ya ha llegado seguro el fin del mundo,
a las Hurdes altas, medias y bajas,
aquí no se salva nadie, se me ahogan hasta las cabras,
ya tiene que estar el burro pegando patadas en la cuadra,
y los cerdos inquietos sin parar de gruñir.
La bujarda grande no puede tragar tanta agua,
y dicen voces que gritan que se ha inundado la posada,
unos valientes han salido con herramientas de sus casas,
para ir a ayudar al posadero corriendo,
a ver si pueden entre todos salvarla.
Era una noche negra,
negra y con muy mala baba,
llovía como nunca había llovido,
y los arroyos corrían como si no hubiera un mañana,
de lado a lado arrastrando todo a su paso.
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