Acércate para acá,
pues la noche viene fría,
vamos a contarnos las penas,
vamos a contarnos las alegrías
y que la luna nos encuentre,
abrazados como siempre vida mía.
En esta noche de invierno,
y ya colgada del techo la chacina,
viene a mi mente el recuerdo,
el recuerdo de otros días,
cuando los dos éramos mozos,
y yo mi amor, te pretendía.
Recuerdo la cara de tu padre,
cuando la mano le pedía,
esa mirada seria y serena, que todo lo decía,
y aquellas palabras que me dijo,
como vas a mantener a mi hija,
si tú eres solo un jornalero,
sin futuro, sin casa y sin una perra chica.
No tienes donde caerte muerto,
y yo le contesté mientras decía,
me dejaré el alma y me dejaré la vida,
la piel de mis manos y la rabadilla,
para que nada le falte a su Paca,
y si usted consiente para siempre, la Paca será mía.
El viento fuera sopla fuerte,
y llueve por lo que se oye todavía,
acércate para acá Paca,
acércate para acá, que la noche viene fría,
vamos a contarnos, amor mío, las penas,
vamos a contarnos, amor mío, las alegrías.
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