sábado, 23 de septiembre de 2023

LA VIEJA CASA





Paso cada día por la misma calle,
y miro con nostalgia donde estaba la vieja casa,
la casa vieja donde vivieron mis padres,
donde fui feliz siendo un niño,
donde crecí y me hice adolescente.


Aún recuerdo hoy sus paredes de piedra,
la baranda de subida y la empinada escalera,
el balcón donde mi madre en verano con la regadera,
nos duchaba porque no había otra manera.


Aquella casa que antes fue escuela,
con sus techos bajos hechos de madera,
con sus habitaciones grandes y oscuras,
con su entrada y la cocina como recibidor,
y como cuarto de baño el corral donde estaban las cabras.


Aún recuerdo aquellas ventanas de paredes anchas,
el frío en invierno y el calor en verano,
el ruido de gente bañándose en la piscina,
esa piscina que había en la parcela de al lado,
y que estaba pegada a la casa.


Recuerdo el olor a leña quemada de mi vecina, la señora Nati,
y recuerdo a su marido José cargando el coche,
el olor a pan recién hecho, perrunillas y roscas,
recuerdo a mi amigo Miguel venir a buscarme,
y los juegos con él y otros amigos sin prisas.


Recuerdo aquellas tardes con nostalgia,
los días de escuela, de juegos, el huerto y las cabras,
en invierno los portales vacíos y la gente en sus casas
y en verano la vida y la alegría en el río.


Paso cada día por la misma calle,
y miro con nostalgia donde estaba la vieja casa,
la casa vieja donde vivieron mis padres,
donde fui feliz siendo un niño,
donde crecí y me hice adolescente.

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