Oye hijo, siéntate al lado del brasero, que voy a contarte una historia, una historia que me contaban a mí tus abuelos, de un pueblo rodeado de montañas, lleno de olivos, cerezos, brezos, jaras y riachuelos, donde la vida es tranquila y te reciben con brazos abiertos. El pueblo que te digo se llama Casar de Palomero, es una Villa en las Hurdes que enamora al viajero, llena de gente buena, historia y senderos, que como dijo una vez un viejo poeta, las Hurdes enamoran al alma y hacen llorar de alegría al corazón, es paz para la vista y descanso para el caminante. Voy hoy a contarte la historia, esa que me contaban tus abuelos, la del Curandero don Tomás, la de los lagares viejos, la de la sinagoga judía, y la de la cruz de madera que se encontraron sangrando en el puerto. También voy a contarte, las tres culturas que en la Villa convivieron, la Judía, Mora y Cristiana, que han marcado nuestro acento, la casa de la bujarda, la iglesia de arriba con su campanario viejo, la casa de los cartuchos, la fuente de la rosa y el Santo Cordero. También quiero contarte, lo del puente viejo, ese que unió a las Hurdes, salvando el gran río que tenemos, con sus aguas cristalinas donde bañarse sin miedos, la pesquera de arriba con su canal para la central eléctrica, y la pesquera de abajo con sus bellos senderos, la subida por el calvario, para encontrar descanso en el pueblo. Puedo contarte también, la casa donde estuvo el Rey, esa que luego visito su hijo, y más tarde otro Rey que era su nieto, los cantares de antaño y el tamborilero, las jotas que se bailaban y que aún recuerdo, las tardes de fiesta en los toros, miles de leyendas y cuentos. Oye hijo, siéntate al lado del brasero, que voy a contarte una historia, una historia que me contaban a mí tus abuelos, de un pueblo rodeado de montañas, lleno de olivos, cerezos, brezos, jaras y riachuelos, donde la vida es tranquila y te reciben con brazos abiertos.
Muy bonito el cuento y me ha encantado reconocer personajes y rincones de ese querido pueblo del que yo me siento hija desde que mi madre se encontró tan respetada y acompañada que quiso quedarse para siempre. Abrazos a todos y felicidades a las Pilares
ResponderEliminarHola Florencio este Pueblo fue desde mi Infancia algo fabuloso, cuando llegué desde Madrid, para pasar unas Navidades. Creoque tendría como 12 años. Estuve viviendo durantetodo ese verano,en una calle Principal, casa deunas primas de mi Madre Francisca Mohedano . Los trex hermanos eran solteros y con ellos me recorrí todo el Pueblo y visite las Hudertas de abajoy las del molino. Fui mucho al rio, com mi amigo Alfredo y su hermano,nos bañabamos en pelotas,para lavarnos y las de enfrente, las quelavabanla Ropa, decían mira sies el sobrino de Mercedes, hermana que fué de mi Padre qep. descanse.Recuerdo aquellos tiempos, como incfeibles.Estuve en loscastañares para comer las castañas asadas y tomarsin que lo vierna,el vino de la polienta.
ResponderEliminarPodría escribir un libro de aquellos tiemposto con mi pro.Ahora recuerdo el caso del hij de otra Familiao del Curandero que nosotros conociamos, desde una casa contigua a la del Curanda y a vecs cuano estaba SANANDO y se daba la vuelta,