COMO TÚ Y YO QUERAMOS

Cerca, tan cerca como el corazón quiere,

tan cerca como el alma añora,

tan cerca que el destino no tiene espacio,

tan cerca como el deseo que nos una,

tan cerca como la pasión nos caliente,

tan cerca que miles de kilómetros no son suficientes.

Cerca, tan cerca que respiramos el mismo aire,

cerca, tan cerca vivimos en la misma tierra,

y aunque nos distancie océanos y mares,

miramos cada noche las mismas estrellas,

con la luna como testigo cómplice,

de este amor que no entiende de distancias.

Cerca, tan cerca como el hilo rojo,

como una mañana soleada y serena,

como un beso que se posa en los labios,

como una palabra que acaricia la oreja,

dejando a un lado para siempre el miedo,

naciendo en el aleteo de una mariposa.

Cerca, tan cerca como tú y yo queramos,

tan cerca que es imposible estar más cerca,

si es nuestra piel la que acarician nuestras manos,

si son nuestros brazos los que nos rodean,

cerca, tan cerca como tú y yo queramos,

qué kilómetros de más va a tener la tierra.

Cerca, tan cerca como el corazón quiere,

tan cerca como el alma añora,

tan cerca que el destino no tiene espacio,

tan cerca como el deseo que nos una,

tan cerca como la pasión nos caliente,

tan cerca que miles de kilómetros no son suficientes.

Cerca, tan cerca, que a pesar de la distancia siento lo que sientes,

cerca, tan cerca, que a pesar de la distancia escucho tus latidos.

OTRO AÑO MÁS

 

Otro año que se suicida lentamente,

susurrando sus pecados a mi oído,

otro año de oportunidades perdidas,

moribundo de estación a estación,

y que a la vuelta de la esquina,

se precipitará al vacío desde las agujas de un reloj.

Otro año de sueños rotos y canciones vacías,

de letras inconclusas y lobos desarmados,

otro año de sapos y princesas,

que ya no cabían en el mismo un cuento,

otro año que nos prometieron el cielo,

y a aquí estamos caminando por el infierno.

Otro año de mentiras mal contadas,

de venenos y colmillos en el congreso,

otro año del que a pesar de todo salimos ilesos,

de cornadas despiadadas e insomnio en las calles,

otro año para enmarcar, otro año moribundo,

que se muere lentamente en un portal.

Otro año de guerras sin sentido,

de crímenes machistas en las casas,

otro año de pederastas y confesionario,

otro año sin educación, ni respeto,

otro año que ahí gente muriendo en el estrecho,

mientras el tiempo corre sin sentido.

Otro año de Sabinas, Dígitos, Messi y Mafaldas,

de llorar a los que ya se fueron,

otro año que llega a Navidad,

haciéndome cada día más viejo,

otro año sin más, que se me ahogo en el tintero.

EN MI PELLEJO

Me he empeñado en ser quien no soy,

en soñar con lo que no quiero,

cambiando rosas por espinas,

quise ser una vez bucanero,

y si hoy vienes a buscarme te digo,

que no pretendo llegar virgen al cementerio.

Me he empeñado en caminar cuesta arriba,

descalzo por caminos de piedra y espinas,

del saltar al vacío sin red, ni paracaídas,

tuve vocación de poeta, tuve vocación de suicida,

cuando las musas me echaban de su cama cada día.

Me he empeñado en ser quien no soy,

ahogando mis fantasmas en una botella,

caminando por la cuerda floja de la soledad,

escribiendo mi nombre en las aceras,

de esta maldita ciudad que me hace prisionero,

mientras me asesina la infame rutina.

Me he empeñado en ser quien no soy,

gritando otros nombres al viento,

mientras los años pasan atropellándose unos a otros,

y el tiempo cruel y despiadado llena de arrugas mi cuerpo,

sin darme tregua ni cancha aliado con el destino,

que una vez me declaro la guerra y desde entonces es mi enemigo.

Me he empeñado en ser quien no soy,

Aprendí a esconderme en el espejo,

para esconderme de ti, si de ti,

ese fulano con el que apenas hablo, al que ya no veo,

ese mismo que vive dentro de mí,

escondido como un cobarde dentro mi pellejo.

Me he empeñado en ser quien no soy,

en soñar con lo que no quiero,

cambiando rosas por espinas,

quise ser una vez bucanero,

y si hoy vienes a buscarme te digo,

que no pretendo llegar virgen al cementerio.

ACERCATE PARA ACA

 

Acércate para acá,

pues la noche viene fría,

vamos a contarnos las penas,

vamos a contarnos las alegrías

y que la luna nos encuentre,

abrazados como siempre vida mía.

En esta noche de invierno,

y ya colgada del techo la chacina,

viene a mi mente el recuerdo,

el recuerdo de otros días,

cuando los dos éramos mozos,

y yo mi amor, te pretendía.

Recuerdo la cara de tu padre,

cuando la mano le pedía,

esa mirada seria y serena, que todo lo decía,

y aquellas palabras que me dijo,

como vas a mantener a mi hija,

si tú eres solo un jornalero,

sin futuro, sin casa y sin una perra chica.

No tienes donde caerte muerto,

y yo le contesté mientras decía,

me dejaré el alma y me dejaré la vida,

la piel de mis manos y la rabadilla,

para que nada le falte a su Paca,

y si usted consiente para siempre, la Paca será mía.

El viento fuera sopla fuerte,

y llueve por lo que se oye todavía,

acércate para acá Paca,

acércate para acá, que la noche viene fría,

vamos a contarnos, amor mío, las penas,

vamos a contarnos, amor mío, las alegrías.

NOCHE NEGRA

 

Era una noche negra,

negra y con muy mala baba,

llovía como nunca había llovido,

y los arroyos corrían como si no hubiera un mañana,

de lado a lado arrastrando todo a su paso.

El cielo oscuro tronaba y se iluminaba,

como si fuera a caernos encima de la cabeza,

y al infierno con el diablo nos llevará,

el mismo que se frotaba una y otra vez las manos,

y se reía a carcajadas.

El viento soplaba muy fuerte,

mientras el niño lloraba en la cama,

había mujeres con velas encendidas,

rezándole a dios y a la Cruz Bendita,

para que nada malo pasara.

Ya ha llegado seguro el fin del mundo,

a las Hurdes altas, medias y bajas,

aquí no se salva nadie, se me ahogan hasta las cabras,

ya tiene que estar el burro pegando patadas en la cuadra,

y los cerdos inquietos sin parar de gruñir.

La bujarda grande no puede tragar tanta agua,

y dicen voces que gritan que se ha inundado la posada,

unos valientes han salido con herramientas de sus casas,

para ir a ayudar al posadero corriendo,

a ver si pueden entre todos salvarla.

Era una noche negra,

negra y con muy mala baba,

llovía como nunca había llovido,

y los arroyos corrían como si no hubiera un mañana,

de lado a lado arrastrando todo a su paso.

JOSE, EL LAGAR HUNDIDO (Basada en hechos reales)(Dedicada a mi abuelo Jose)

 

Era una noche negra, negra y con muy mala baba, Llovía como nunca había llovido, y los arroyos corrían como si no hubiera un mañana. Bajaba el arroyo de la tamborilera, de un lado a otro rebosando de agua, haciendo tanto ruido como si del infierno se tratara, Llevándose todo a su paso sin que nada lo parara. Jose y dos jornaleros que en el lagar trabajaban, ajenos a la desdicha que el destino les preparaba, estaban moliendo las aceitunas para hacer la masa, y así sacar el oro líquido que de su corazón brotaba. La pared de la presa rezumaba y se curvaba, Y en un momento sin previo por el centro reventaba, Jose saltó y subió por los rulos antes de que la corriente lo arrastrara, y subió al tejado antes de que este se derrumbara, y salto al prado de al lado, para salvar su vida. Otro compañero, el tejado lo enterraba, y a otro la corriente arroyo abajo lo arrastraba, Jose dio el aviso, en el pueblo dio la alarma, bajo la guardia civil y mucha gente corriendo, y vieron al perro del enterrado que a su lado ladraba. Al día siguiente al otro compañero encontraban, ya el hombre sin vida al lado del huerto de la tía Juana, desde entonces el lagar hundido lo llaman, el lagar hundido de una noche nefasta, que en Casar de Palomero su leyenda es recordada. Era una noche negra, negra y con muy mala baba, Llovía como nunca había llovido, y los arroyos corrían como si no hubiera un mañana.

Y SI VOLVIÉRAMOS A SER DOS DESCONOCIDOS

 

Y si volviéramos a ser dos desconocidos,

tú en tu mundo y yo en el mío,

en un invierno frío que congela el corazón,

mirando la vida desde una ventana con los cristales opacos,

mientras la soledad se adueña de nuestros sueños.

Y si volviéramos a ser dos desconocidos,

que se cruzan sin mirarse en cualquier lugar,

que ignoran que el otro existe y le espera,

mientras la vida pasa entre rosas y espinas,

mientras el destino juega al escondite con nosotros.

Y si volviéramos a ser dos desconocidos,

qué sentido tendría el tiempo, que sentido tendría la vida,

qué sentido tendría el destino y el amor,

qué sentido tendría mi alma, que sentido tendría tu alma,

que nacieron y crecieron para estar juntas.

Y si volviéramos a ser dos desconocidos,

Volvería a soñar cada segundo contigo,

Volvería a buscarte, a buscar en tus ojos el amor,

te elegiría de nuevo a ti cada día, para estar a tu lado,

y como ahora caminaría agarrado a tu mano, junto a ti.

Y si volviéramos a ser dos desconocidos,

sin nuestros abrazos, sin nuestros besos,

sin ver tu sonrisa cada mañana, sin tus enojos,

sin tus ocurrencias locas que iluminan mis días nublados,

y hacen que cada minuto se llene de magia.

Y si volviéramos a ser dos desconocidos,

qué sentido tendría el tiempo, que sentido tendría la vida,

qué sentido tendría el destino y el amor,

qué sentido tendría mi alma, que sentido tendría tu alma,

que nacieron y crecieron para estar juntas.

LOS CARNAVALES (Dedicada a Nano Jimenez y a Jesús (El gallo)

 

 Mira madre ya viene el tamborilero,

Con la flauta en la mano y el tambor pegado al cuerpo,

Tocando canciones populares de antaño,

Y también madre, la rosa de los tiempos,

Mira madre ya viene el tamborilero.

Ya viene madre Emiliano,

Y detrás gente bailando y riendo,

Jesús el gallo tocando con arte las piedras,

Y cantando canciones e historias del pueblo,

Historias de la Cruz, la cruz que se encontró en el puerto.

Ya son los carnavales en casar de palomero,

Los paisanos llenan las calles con miles de atuendos,

Hay gente disfrazada, héroes, piratas, y herreros,

De médicos, enfermeras y hasta del curandero viejo.

Ya se ha llenado la plaza grande,

Ya llegan los mozos y mocitas del pueblo,

Han puesto puestos de turrones, almendras y caramelos,

Una volandera grande y unos coches de choque pequeños,

Por venir ha venido todo el mundo, ha venido hasta el heladero.

 Mira madre ya viene el tamborilero,

Con la flauta en la mano y el tambor pegado al cuerpo,

Tocando canciones populares de antaño,

Y también madre, la rosa de los tiempos,

Mira madre ya viene el tamborilero.

Ya viene madre Emiliano,

Y detrás gente bailando y riendo,

Jesús el gallo tocando con arte las piedras,

Y cantando canciones e historias del pueblo,

Historias de la Cruz, la cruz que se encontró en el puerto.

ALAS BLANCAS

Vacía tu alma de miedos,

deja brotar tus lágrimas,

dando descanso al corazón,

en tu soledad acompañando tu calma,

y sal de ese rincón dejando atrás el dolor.

Acompaña a tu silencio,

extiende de nuevo tus alas,

dejando que brote el misterio,

dando vida a una nueva esperanza,

que el hoy es tu tiempo, que hoy de nuevo hay magia.

Deja que el presente te lleve,

a conquistar metas más altas,

pasea por el mundo y siéntete libre,

que nadie amordace tus palabras,

suelta las cargas del ayer,

y ponle sueños a tu mañana.

Vuela hasta la luna o el sol,

despliega tus alas blancas,

que nadie detenga tu vuelo,

que nadie encadene tu alma,

y vuelve a ser un guerrero,

leal y fiel hasta que llegue la guadaña.

Que la mañana no te llegue sombría,

sin desafíos nuevos y excitantes,

sin sueños, ni metas logradas,

sin ser valiente y constante,

en esta vida dura y mundana.

LA RUEDA DEL TIEMPO

 

Un latido, el primero,
Comienza la rueda del tiempo,
Abre los ojos el mundo espera,
Hoy comienza el viaje infinito,
Que ha de llevarte por el camino de la eternidad.

No temas a la luz,
Solo es el equilibrio que guiará tu corazón,
El camino a veces será doloroso,
Pero no te arrodilles, sigue tus pasos,
Las montañas más altas son para escalarlas.

Vive, llora, ríe, pero no te rindas,
Las batallas más grandes son las más duras,
Pero no son las que deciden la guerra,
Tú sabes bien lo fuerte que eres y serás,
Solo has de creer en ti, en tu alma.

No tengas miedo,
Salta al principio de los días,
Recorre el sendero solo o en compañía,
volverá el principio y volverá el final,
Y así será una y otra vez sin parar,
Hasta el final de la existencia.

La rueda del tiempo gira,
Gira sin detenerse nunca,
Y lo que hoy es ayer, ayer será hoy,
En un baile perfecto entre el ayer y el mañana,
Que dará equilibrio al presente que vives.

DOMINGO DE RAMOS

Hoy me he puesto la muda nueva, la muda nueva que mi mujer me ha comprado en la plaza, he sacado el traje de chaqueta y me he puesto hasta corbata, he sacado los zapatos que me ha regalado mi hijo, me he afeitado y me he puesto un clave en la solapa.

Mi mujer también se me ha puesto muy guapa, con una falda negra y una blusa blanca, sé ha hecho un moño en el pelo, sé ha pintado las uñas y sé ha pintado la cara, y a mí me ha recordado al día que nos casaban.

Ya tocan las campanas y hay qué ir a la iglesia, llama el señor cura para acudir a la misa, ya pasado el boticario y también el alcalde, el maestro, el médico, el herrero y la tía Tomasa, las beatas del pueblo y hasta el Ángel de la guarda.

Hoy es domingo, domingo de ramos, y como decía mi abuela si no estrenas nada, Hay niño si no estrenas nada, se te caen las manos, ya tocan las campanas y hay qué ir a la iglesia, con una rama de palmera o una de olivo, para dar la bienvenida a Jesús y recibir la bendición de todos los santos.

Después, como todos hay que ir a celebrarlo, a toma a la posada o a al bar las flores un buen vino, que hoy nadie va al trabajo en el pueblo, que para eso es domingo, domingo de ramos.

NO TE CONOCÍA

 

No te conocía,

Y en medio de aquel lugar,

Algo inesperado sucedió,

Nada existía menos tú,

Llámalo casualidad o destino,

Llámalo si quieres magia,

O llámalo amor.

No te conocía, Y el tiempo se paró en aquel segundo, De repente la vida se hizo suspiro, Y sentí que volaba sin alas hasta el cielo, Mientras nuestras miradas se buscaban sin descanso, Y sin condición me rendí a tu sonrisa. No te conocía, Y aquel primer hola sonó eterno, Yo era un vagabundo siempre de paso, Hasta que aquella tarde te conocí, Y vi en tus ojos nuestra casa, nuestros futuros hijos, Y entendí que había llegado a mi hogar. No te conocía, Y la vida me puso frente a ti, Por siempre a tu lado, de la mano, Yo siempre pensando en ti y tú siempre pensando en mí, Y mi mundo se convirtió en tu mundo, Y tu mundo se convirtió en mi mundo, Y decidimos libremente compartir la eternidad. No te conocía, Y te soñé cada segundo, cada minuto, cada hora,

Hasta que te hiciste realidad.

GUAÑINOS SALVAJES (Dedicada a mi Padre y a mi tío Carlos)

 

Son las seis de la mañana, y aún no ha cantado el gallo, ya va aclarando el día, es hora de coger los avíos, y de ir a trabajar al campo. Ya he cogido la guadaña, y también la hoz de mano, le he puesto la albarda a la mula, y de abono he cargado dos sacos, para echarlos a los olivos que ayer he labrado. Va mi cuñado Carlos conmigo, vamos subiendo el puerto del Gamo, hoy toca ir más allá de traslasierra, a guañar a Don Jesús dos prados, aquí van los Guañinos salvajes, aquí van los guañinos riendo y cantando. Vamos los dos cantando canciones populares, la del caldero, la de los ricos y los pobres, canciones del pasado, canciones que cantaban nuestros padres, canciones que cantaban nuestros abuelos, y que hablan de nuestra tierra, de los Hurdanos. Pasan las horas y el sol se pone en lo alto, ya hemos echado el abono y hemos guañado los prados, el pico de la sierra de santa Bárbara se ha puesto nublado, parece que va a haber tormenta, que va a llover en un rato, aunque hoy hace mucho calor, como cualquier día de verano.

RAICES (Aquellos tiempos)

 

Andando por esos montes, esos montes que fueron olvido, entre pinos, jaras y zarzales, huertos, cerezos y olivos, caminando por esos lugares, donde más de una vez jugué de niño, caminando por esos lugares, me dejé el corazón mío.

Aquellos años de escuela, de guas, incarroma y guerrillas, de churro, media manga y manga entera, hoy se me clavan en el alma, y el cuerpo se me llena de pena, hoy me invaden los recuerdos, y van de mis ojos brotando lágrimas, al recordar aquellos tiempos.

Recuerdo las cabras de mi madre, las tardes con mi padre en el huerto, saboreando aquellos tomates, que le daban vida a un muerto, las fresas silvestres que nacían en cualquier parte, al mulo reverte que era manso y bueno, aquellas tardes de verano regando los canteros.

Caminando por los caminos entre olivos y cerezos, visitando los lagares que dieron trabajo y dinero, voy recordando mi infancia ahora que me hago viejo, mientras dejo volar a mi alma sin ningún tipo miedo, algún paisano pasa a mi lado y se para, y hablamos de aquellos tiempos.

La tarde se rinde a la noche, mientras a casa regreso, la casa que fue de mis padres, y que antes fue de mis abuelos, esa casa que cuado yo falte, será para mis sobrinas y sobrinos, que son nuestros herederos.

Recuerdo aquellas tardes, recuerdo con nostalgia esos momentos, a mi abuela Francisca sentada en su calle, casi siempre hablando y sonriendo, añoro más que nunca vivir, vivir en aquellos tiempos.