Sentado en la orilla del Duero,
Miró embobado el puente de Don Luis primero,
Al otro lado en la Gaia sube y baja el teleférico,
Mientras los barcos Rabelos remontan el río.
Cierro los ojos un instante,
Y me dejó llevar en tu tranvía,
Me bajo para pasear por tus calles,
Recorro la avenida Dos Aliados,
Y subo hasta la Iglesia de los Clérigos,
Para ver Oporto desde su campanario.
Callejeo un instante hasta la librería Lello,
Y me quedo sobrecogido por su belleza,
Decido desandar mis pasos hasta San Bento,
Me pierdo en tus rincones y cuestas,
Y decido sin prisas tomarme un café en Magectic.
Retomo mi caminar hasta tu catedral,
Me siento pequeño ante la Sé de Oporto,
Casi es la hora ya de comer y bajo tus calles hasta tu rivera,
Me siento y pido un caldo verde Y
también una Francesinha,
Mientras de fondo se oye un Fado.
La tarde me sorprende paseando,
Todo Oporto se llena de Magia,
La noche me invita al recuerdo,
Mientras ceno en una terraza,
Un plato de bacalao a bras y una buena copa de Porto.
Sentado en la orilla del Duero,
Miró embobado el puente de Don Luis primero,
Al otro lado en la Gaia sube y baja el teleférico,
Mientras los barcos Rabelos remontan el río.
PORTO
Sentado nas margens do Duero,
primeiro olhei pasmo para a ponte Don Luis,
Do outro lado da Gaia o teleférico sobe e desce,
Enquanto os barcos de Rabelos sobem o rio.
Fecho os olhos por um momento,
E deixo-me levá-lo no teu eléctrico,
desço para passear pelas tuas ruas , passo pela
avenida dos Aliados,
E subo à Igreja dos Clérigos,
Para ver o Porto desde a sua torre sineira.
Caminho por um momento até a livraria Lello,
E fico maravilhado com sua beleza, decido
refazer meus passos até São Bento,
me perco em seus cantos e ladeiras,
E decido sem pressa tomar um café em Magectic.
Retomo o meu passeio à tua catedral,
sinto-me pequeno em frente à Sé de Oporto,
Está quase na hora de comer e desço as tuas ruas até à tua margem,
sinto que te peço um caldo verde E
também uma Francesinha,
Enquanto ao fundo ouve-se um Fado.
A tarde surpreende-me a caminhar,
Todo o Porto enche-se de Magia,
A noite convida-me a recordar,
Enquanto janto na esplanada,
Um prato de bacalhau grelhado e um bom copo de Porto.
Sentado nas margens do Duero,
primeiro olhei pasmo para a ponte Don Luis,
Do outro lado da Gaia o teleférico sobe e desce,
Enquanto os barcos de Rabelos sobem o rio.
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