Es la primera vez que no sé que escribir,
Es la primera vez que me quedo en blanco,
El golpe está vez es difícil de digerir,
Si la noche fue dura, más dura ha sido la realidad de la mañana.
Esta mañana temprano,
Llegó tu novia a buscarte,
Y en un momento de valentía,
Decidiste acompañar a la muerte,
Como tantas y tantas veces habías cantado.
Hoy te entregaste a sus brazos,
Y la entregaste tu vida sin miedo,
Y te dejaste llevar por ella al cielo,
Para poder conocer de verdad al Cristo al que siempre has venerado.
Hoy en esta mañana soleada,
De este aún mes de junio,
Entregaste tu cuerpo y pusiste alas a tu alma,
Y la preparaste para el último viaje,
Ese viaje que por desgracia un día emprendemos todos, todas.
No voy a decirte el vacío tan grande que dejas,
Porque sé que siempre has sido consciente del amor de los tuyos,
Hoy vuelves a ser el novio de la muerte,
Y sé que haya donde estés no le temerás al tiempo,
Ni le temerás a una última batalla.
Hasta siempre Pepe.
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