Trazo con la vista líneas curvas,
mientras me dejo llevar por el sonido,
y a contracorriente como la vida misma,
dejó remontar a mis pensamientos,
y en un momento fugaz y en libertad,
me dejo hipnotizar por la belleza y la sencillez.
Ante mi se dibuja lo más sublime,
y la naturaleza va dando forma y sentido,
y en un acto de bondad infinito esta tarde,
llena de magia mis pupilas enamorando mi corazón,
y en este lugar donde mil veces me senté,
pierdo la tarde sin importarme el tiempo.
Esta tarde como la corriente que limpia el lecho,
dejo que el agua arrastre mi malos pensamientos,
y desde esta orilla bajo la mimosa que resiste heroica,
sonrió recordando aquellos tiempos de niño,
cuando esperaba el verano para bajar al rio,
y disfrutar en compañía de mis amigos.
Hoy ya con cincuenta y un años vividos,
y miles de historias a mis espaldas,
sigo sintiendo la nostalgia del pasado,
y siempre que puedo vuelvo al lugar,
que por primera vez vio mis primeros pasos,
y vuelvo a sentarme a tu orilla,
y vuelvo a dejarme llevar aquellos tiempos.
Hoy como siempre meto mis pies en tus aguas cristalinas,
y veo cómo se dibujan figuras curvas en tu cascada,
y en un recorrido incesante e intemporal nace la vida,
y en tu corriente se recrea lo infinito, lo inmortal,
que va mucho más allá de la eternidad,
describiendo y dibujando a tú paso los sueños.
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