Hoy te escribo mil palabras,
con la esperanza de que las leas,
ha pasado tanto tiempo y tantas cosas,
desde que te marchaste apenas queda nada,
salvo la soledad de una casa,
que antaño estaba llena de amor y risas.
Se que allá donde estas,
las cosas serán muy distintas,
que el reloj no tendrá ninguna lógica,
y el tiempo será indiferente para todo,
pues no hay trenes que regresen a esta vida.
Desde aquel día maldito,
te echo tanto de menos,
aún mi corazón te busca en todos los rincones,
mientras mi alma añora tus abrazos,
y mi razón se niega aceptar tu ausencia.
Que puedo contarte abuela,
la vida avanza imparable,
he formado una familia que sería la tuya,
y que me hubiese gustado que conocieras,
pero en la vida no se puede tener la felicidad completa.
Aquí años después te recuerdo cada día,
y te añoro como siempre en cada latido,
parte de mi se fue contigo para siempre,
porque tu sabes como yo que eres parte de mi,
y sabes que un recuerdo jamas muere,
simplemente se duerme.
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