Hoy construí un reino con mis manos,
Un reino por ti, un reino para ti,
Y aquí en mis sueños donde muero,
Recordándote en cada noche sin fin,
En cada día sin fin que me toca vivir.
Te extraño,
Te extraño como jamás extrañe a nadie,
En cada segundo que marca el maldito reloj,
Terriblemente en mis silencios y mi presente,
En otoño, en invierno, en primavera y en verano,
En los caminos que recorren las Hurdes,
Y en el café con lecciones y consejos.
Te extraño,
En cada gesto, en cada beso y en cada abrazo,
Tus palabras sabias y tus dichos de antaño,
Tus sonrisa de felicidad al verme llegar del colegio,
El amor y la ternura que siempre sentía a tu lado,
Y en las lecciones de vida que me fuiste enseñando.
Te extraño
En la mirada de esos ojos que me llevaban al cielo,
En el aire que acaricia suavemente mi pelo,
Haciéndome recordar como lo hacían tus manos,
En el olor a tierra mojada después de la lluvia,
En el incesante baile y canto del fuego,
Y en la felicidad que desprendía tu presencia.
Te extraño
Y te extraña cada día mi corazón,
Te extraño
En el gran vacío que dejaste en mi alma,
Te extraño
En cada canción que escuche a tu lado,
Te extraño abuela en cada segundo que ha pasado sin ti.