domingo, 26 de abril de 2020

SIN PODER DECIR ADIÓS



Miró al techo de aquella habitación,
Y se despidió de aquella cárcel sin más,
Nunca pensó en volver, ni echo la vista atrás,
Y cerró los ojos para dejarse llevar,
Y imaginó que estaba como cuando niño a orilla del mar.

Recordó su vida, su niñez, su adolescencia y su madurez,
Y unas lágrimas recorrieron sus mejillas,
Recordando a sus hijos, a sus nietos y a su mujer,
También se acordó de sus padres y sus hermanos,
Y se acordó de aquella guerra y aquella posguerra,
Que por desgracia le tocó vivir haciendo cada día más duro.

Pensó que había llegado el momento,
Y sintió que la tristeza se apoderaba de su corazón,
A él le hubiera gustado despedirse de los suyos,
Y no llegar al final de su vida sólo en aquella habitación,
A veces es duro el destino y mas duro el adiós,
Y todo lo vivido se queda en un suspiro.

Se preguntó porque a él, porque en este momento,
Volvió abrir los ojos y suspiró antes de marcharse sin decir adiós.

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