Y se fue una noche sin mediar palabra,
se fue sin decir a nadie adiós,
dejo toda su ropa y unas cartas,
que cuando era joven escribió,
a la otra mitad de su alma.
Se fue dejando atrás una vida,
escrita con renglones torcidos,
y con horas interminables y amargas,
anclado en el mas absoluto olvido,
que en el silencio escribió la
soledad,
en cada poro y centímetro de su piel.
Se fue para siempre sin mirar atrás,
sin recordar cada trago amargo del
destino,
sin reproches, ni porqués, sin odio,
ni lagrimas,
con la conciencia tranquila de aquel
que sabe que es amor,
y que una vez conoció al amor de su
vida,
mientras el tren partía de la estación
rumbo hacia lo desconocido.
Paro en la orilla de la laguna estigia,
mientras una barca se acercaba,
no tenia miedo ya al infierno,
pues ya nada le importaba,
salvo el saber que ya jamas volvería a
verla.
Y se fue una noche sin mediar palabra,
se fue sin decir a nadie adiós,
dejo toda su ropa y unas cartas,
que cuando era joven escribió,
a la otra mitad de su alma.
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