Enterró su cuerpo en aquellos montes,
incoo su rodilla en el suelo y miro al
cielo,
y le hablo con calma a su dios y juro
vengarse,
y regar los campos con la sangre de
aquellos,
que le habían arrancado el corazón.
Cogió de las riendas a su caballo,
al que por nombre le puso embrujo,
y con su espada llamada expiación,
se puso en marcha para dar alcance a
todos los infieles,
que habían profanado su pueblo,
y que habían matado a su hermana y a
su gente.
No le temía a la muerte,
ni a nada en la tierra conocido,
nada podría ya jamas vencerle,
mientras llevara la cruz de su dios en
el pecho,
el miedo era solo para los cobardes.
y su alma estaba libre de pecados,
porque el ya había muerto junto a
ella.
Con quinientos de los suyos,
por tierra santa camino a la gloria,
recordando el día que llego a
Jerusalén,
y visito por primera vez el Gólgota,
jurando servir para siempre a su orden,
escribiendo con lealtad su historia
y así hacer mas grande su leyenda.
Enterró su cuerpo en aquellos montes,
incoo su rodilla en el suelo y miro al
cielo,
y le hablo con calma a su dios y juro
vengarse,
y regar los campos con la sangre de
aquellos,
que le habían arrancado el corazón.
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