Y llegara un día que las calles se
vistan de espinas,
y las casas ya no tengan quien las
cuiden,
que los niños ya no jueguen en las
plazas,
y la naturaleza vuelva a ocupar el
lugar que le robo el hombre,
y volverán a correr salvajes los
arroyos.
Y llegara un día que la vida sea otra,
que se olviden hasta los nombres de
aquellos que fueron,
que las piedras del viejo puente
descansen en el agua,
que el viento sople mas fuerte en el
ultimo albero,
y que ya no aparezcas nunca mas en los
mapas.
Y llegara un día que tus hijos
buscaran otras tierras,
y darán vida a lugares mas poblados,
y ya nadie recordara ni contara tu
historia,
dejando atrás aquello por lo que sus
padres lucharon,
y la próxima generación olvidara
hasta tu nombre.
Y llegara un día que el campo santo
tenga sus puertas oxidadas,
que nadie vuelva a visitar aquellos que
allí descansan,
que del campanario ya no quede ni una
piedra,
que la Cruz Bendita sea solo una
explanada llena de arboles y jaras,
y que desde el pico de Santa Barbara
solo se vea los restos de la antigua carretera.
Y llegara un día que las calles se
vistan de espinas,
y las casas ya no tengan quien las
cuiden,
que los niños ya no jueguen en las
plazas,
y la naturaleza vuelva a ocupar el
lugar que le robo el hombre,
y volverán a correr salvajes los
arroyos.
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