Las palabras se quedaron mudas,
y en el ataúd de la memoria,
divagan eternas por el desierto de la
soledad,
esperando el encuentro fortuito con las
musas,
que las devuelva de nuevo a la vida.
Las palabras se clavan como espinas en
la piel,
haciendo sangrar el veneno interior por
cada herida,
como un río de odio que oscurece la
tarde,
que ha de dar sentido a la verdad que
quema dentro.
Las palabras se vacían de contenido,
cuando las toca la sucia rutina diaria,
mientras luchan cuerpo a cuerpo con las
lagrimas,
por darlas una casa digna donde contar
e hacer inmortal su historia.
No grites tan alto si educación,
háblame bajito para que te entienda,
pues las cosas mas importantes no
levantan la voz,
solo haz de levantar la voz para pedir
lo que es tuyo,
mientras recorres un mundo desconocido.
Deja que las palabras fluyan a través
de tus ojos,
no hay necesidad de abrir tanto la
boca,
si no hay nada mas que decir en este
momento,
es mejor que se quede en silencio la
despedida,
que ha de ver partir nuestros cuerpos.
Hoy las palabras se encuentran en otra
dimensión,
lejos del corazón y por desgracia
dañando el alma,
la vida te quito la naranja y te dio un
limón,
y te puso en el camino que no va a
ninguna parte,
en un transito interminable a través del
desierto.
No huyas de la batalla que te plantea
el destino,
hoy no es día de temer al huracán, ni
refugiarse de la tormenta,
y por mas vueltas que plantee el
camino,
nada ha de tumbarte o alejarte de tu
meta.
No grites tan alto si educación,
háblame bajito para que te entienda,
pues las cosas mas importantes no levantan la voz,
solo haz de levantar la voz para pedir lo que es tuyo,
mientras recorres un mundo desconocido.
Hoy las palabras se quedan mudas,
y se esconden detrás de una botella de
alcor,
que te hace olvidar quien eres ahora,
y divagas por la fina linea que separa
los mundos,
en un salto infinito entre lo etéreo y
lo real.
Las palabras le quitaron la piel de
cordero,
y apareció el lobo que vivía dentro,
dejando visible sus colmillos blancos,
que desgarraba la piel inocente de una
Lolita.