No se como empezó la noche, ni el
porque,
solo se que nuestras miradas se
encontraron,
y destino que otras veces fue cruel,
hoy jugo al juego del amor con
nosotros.
Solo nos basto una mirada para
sentirnos desnudos,
la fantasía jugo sus cartas con el
deseo,
y antes de darnos cuentas de lo que
pasaba,
nuestra ropa cubría el frío suelo,
mientras mi lengua dibujaba tu silueta
sobre la cama.
Mis manos jugaron con tus senos,
mientras nos devorábamos como si no
hubiese un mañana,
ebrios de la piel del otro,
mientras dejábamos nuestros miedos
encerrados,
y nuestros tabúes en el baúl de los
recuerdos.
Bebí con ansia y sin freno entre tus
muslos,
saboreando el néctar que se encuentra
entre tus labios,
mientras tu jugabas con tu boca y con
tus manos,
llevándome hasta la locura y el
séptimo cielo,
en un sesenta y nueve infinito.
Te tome y me tomaste de mil formas,
y dejamos que universo se hiciese
pequeño,
mientras cabalgabas encima de mi hasta
la mañana,
donde nos abrazamos y nos dimos un
beso,
y nos juramos que volveríamos a
repetirlo.
Encerrado a solas en este cuarto,
siento como las paredes me hablan,
aun se percibe el olor de tu cuerpo,
y aun me imagino a un centímetros de
tus labios.
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