Un día de repente,
dejamos de mirarnos a los ojos,
nos dejó de importar nuestros nombres,
cambiamos las palabras de amor por
insultos,
y la vida se volvió insoportable.
Un día de repente,
mi corazón y el tuyo dejaron de
sentir,
mi alma y la tuya dejaron de buscarse,
tus manos y las mías perdieron sus
caricias,
y nuestros labios se negaron a tocarse.
Un día de repente,
se nos secaron las lágrimas,
nos dejó de importar el presente,
el respeto saltó por la ventana,
y el amor se suicidó en un rincón.
Un día de repente,
la frialdad lo ocupo todo,
la soledad nos abrazó fuertemente,
el silencio se volvió atronador,
y decidimos dejarnos crecer las alas de
nuevo.
Un día de repente,
tú y yo volvimos a ser, dos
desconocidos.
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