La tarde llega a su fin y se pone su
vestido oscuro,
es la hora en que los ojos han de
acostumbrarse a la oscuridad,
y me dejo llevar hasta el pasado por
mis recuerdos,
y me tumbo en la hierba a contemplar la
estrellas,
mientras mi memoria revive historias de
mi ayer.
Voy dibujando como cuando era niño las
constelaciones,
y como entonces me quedo absorto en la
Osa Mayor,
y siento que me mira fijamente,
desafiante,
y que me reta a seguirla hasta el
cielo, hasta el otro lado,
y en un susurro de viento me dice al
oido, soy un alma que un día conociste.
Sígueme no tengas miedo de
acompañarme,
nada malo te espera en el mundo de los
sueños,
déjate abrazar por Morfeo y comienza
conmigo tu viaje,
que ha de llevarnos mas allá de
cualquier mundo conocido,
donde las emociones nacen y mueren
libres,
y las lagrimas solo son lagrimas de
felicidad y de amor.
Pasa la noche y el alba me descubre en
este parque,
y al abrir los ojos me siento en paz
conmigo mismo,
he viajado en sueños por mundos increíbles,
he sentido cada latido de mi corazón
sin tiempo,
y he hablado con miles de almas que hoy
son estrellas.
Vuelvo a casa en silencio,
y miro al cielo que luce azul celeste,
y espero que pasen las horas rápido,
y que vuelva a caer de nuevo la tarde,
y que vuelva a ponerse su vestido
oscuro,
para volver al parque y de nuevo
tumbarme,
y volver a viajar hasta los mundos que
están dentro de mi.