Aquel perro flaco se le fueron hasta
las pulgas,
la piel de tierra se le lleno de
heridas rojas,
las horas se le fueron haciendo
eternas,
y no encontraba un cacho pan que
llevarse a la boca.
Aquel perro flaco querían atarlo en
corto,
pero el era libre y no respondía a la
voz un amo,
ya su cuerpo lo tenia lleno de
cicatrices,
que resonaban en su historia como las
dictaduras del pasado.
Aquel perro flaco no se inclinaba ante
nadie,
enseñaba con orgullo sus colmillos
afilados,
y a pesar de cada intento mezquino y
cobarde,
seguía en pie con humildad sin
inclinarse ante el chantaje.
Aquel perro flaco con su collar
amarillo, azul, rojo y blanco,
se había ganado a pulso elegir
libremente su destino,
y decidir si quería seguir siendo como
era,
o morir a manos del mas oscuro
capitalismo,
que desde hace tiempo llamaba con
insistencia a sus puertas.
Aquel perro flaco, enjuto y seco,
derramaba lagrimas por sus hijos,
moría cada día un poco mas bajo el
yugo,
de aquellos que solo esperaban hacerse
con su petróleo.
Aquel perro flaco se le fueron hasta
las pulgas,
la piel de tierra se le lleno de
heridas rojas,
las horas se le fueron haciendo
eternas,
y no encontraba un cacho pan que
llevarse a la boca.
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