Grises, azules y negros opacan mi mirada,
con las manos enlazadas a la espalda,
las palabras mudas resonando en mi
mente,
hace tiempo que deje de soñar,
hace tiempo que deje atrás mi niñez.
Los días se repiten unos con otros,
todo lo que vivi parece tan lejano,
se por experiencia que el tiempo no lo
mata todo,
y que hace mas dolorosas las ausencias,
de aquellos que nos acompañaron en el
camino.
No pretendo saber mas que nadie,
si hice daño ya pedí mil veces
perdón,
aunque el perdón no sirve si nadie
sabe perdonarse,
y al orgullo con el tiempo lo devora la
razón,
si no terminamos antes todos como los
animales.
Ojo por ojo decían algunos,
y llegamos a vivir como ciegos,
dejamos de recordar nuestros nombres,
y nos convertimos en números
silenciosos,
y fuimos un rebaño de ovejas camino
del matadero.
Hace tiempo que deje de soñar,
porque soñar es esperar el futuro,
y yo hace años que llegue a mis metas,
y hoy solo vivo con intensidad mi
presente,
teniendo claro lo corta que a veces es
la vida.
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