Hoy paseé sin prisas por mis
recuerdos,
y me senté al lado de aquel niño que
vivía con miedo,
le mire y le sonreí, y el me miro y me
sonrió,
le dije; ves los sueños se alcanzan
pero a veces tardan años,
no es fácil levantarse y dar el primer
paso,
pero para llegar a las estrellas hay
que andar el camino sin dejar de soñar.
Hoy paseé sin prisas por mis
recuerdos,
y volví a ver aquella casa de
escaleras con su paredón de piedra,
y abrí la puerta y vi a mi madre
mirándome con amor,
y mire a lo largo de aquel pasillo
estrecho con puertas oscuras,
y entre de nuevo en mi habitación y me
tumbe de nuevo en mi cama,
y volví a soñar que me hacia mayor y
volaba en libertad.
Hoy paseé sin prisas por mis
recuerdos,
y volví a tomar café con mi abuela
Francisca,
y la vi de nuevo sonreír mientras me
decía uno de sus dichos de siempre,
y la abrace tan fuerte que la sentí en
mi alma,
y sentí todo el amor que puede haber
en un corazón tan grande,
aunque viva en un cuerpo tan pequeño,
y sentí que podía volar.
Hoy paseé sin prisas por mis
recuerdos,
y volví a jugar con mis amigos y
recorrí las calles de mi pueblo,
y volví a beber agua de aquella fuente
que aun sigue estando en su sitio,
y volví a pasear por la noche de
aquellos veranos,
contemplando sin prisas las estrellas y
la luna,
y sentí el frescor de aquel río con
sus chopos amarillos.
Hoy paseé sin prisas por mis
recuerdos,
y volví a sentirme orgulloso de quien
soy,
y volví a sentirme orgulloso de venir
de donde vengo,
y volví a sentirme orgulloso de mis
raíces y mi sangre,
y me alegre de ser Hurdano y Cacereño,
y de haber nacido en esta tierra, y de
ser Extremeño.
Hoy paseé sin prisas por mis
recuerdos,
y deje que la nostalgia me acompañara.
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