Siento el viento de la ira a mi
espalda,
mientras recorro los kilómetros que me
separan de mi muerte,
cabalgo en libertad hacia la nada,
con la mirada clavada en el horizonte,
a lomos de mi Harley Daytona.
La furia que vive en mi se desata en
mis puños,
noche tras noche reto a mis fantasmas,
en un bar de carretera con una botella
de Bourbon,
dejándome morir en los labios de una
mulata,
y renaciendo cada mañana entre sus
muslos.
El odio se apodera de mi interior,
sigo huyendo de la tan temida
oscuridad,
desde el día que apreté aquel
gatillo,
después de jurar para siempre lealtad,
a los símbolos que llevo en mi
espalda.
La pasma me pisa los talones,
se que tarde o temprano he de
enfrentarme a ellos,
estoy preparado, no tengo miedo, ni
temores,
pues se que la hora nos llega a todos,
y yo nací para honrar a mis hermanos,
matando a los soplones.
Siento el viento de la ira a mi
espalda,
mientras recorro los kilómetros que me
separan de mi muerte,
cabalgo en libertad hacia la nada,
con la mirada clavada en el horizonte,
a lomos de mi Harley Daytona.