Pasaron sin piedad los años,
Y mi mundo dejo de ser tu mundo,
Y tú mundo dejo de ser mi mundo,
Las miradas se nos volvieron opacas,
Y las manos se volvieron frías como el hielo.
Y mi mundo dejo de ser tu mundo,
Y tú mundo dejo de ser mi mundo,
Las miradas se nos volvieron opacas,
Y las manos se volvieron frías como el hielo.
Nuestras bocas se llenaron de silencios,
Y las palabras sólo nacían para herirnos,
Éramos dos extraños compartiendo una casa,
Dos extraños jugando al amor bajo un mismo techo.
Y las palabras sólo nacían para herirnos,
Éramos dos extraños compartiendo una casa,
Dos extraños jugando al amor bajo un mismo techo.
El amor, el deseo, la pasión y la lujuria,
La buscamos sin pensar en otros cuerpos,
Sin darnos cuenta de que el tiempo no regresa.
En un intento desesperado de recuperar el pasado,
Y volver a vivir lo que por rutina perdimos.
La buscamos sin pensar en otros cuerpos,
Sin darnos cuenta de que el tiempo no regresa.
En un intento desesperado de recuperar el pasado,
Y volver a vivir lo que por rutina perdimos.
Los días se llenaron de tristeza,
Y la soledad nos clavó sus sucias garras,
La frialdad le gano la batalla al fuego,
Y nos volvimos dos compartiendo la misma cama,
Dos compartiendo el mismo infierno.
Y la soledad nos clavó sus sucias garras,
La frialdad le gano la batalla al fuego,
Y nos volvimos dos compartiendo la misma cama,
Dos compartiendo el mismo infierno.
Los segundos se hacían eternos,
Cupido se suicido con sus flechas,
Nada queda cuando nada hay que decir,
Nada queda cuando la confianza deja de ser ciega,
Y el respeto se amordaza o deja de existir.
Cupido se suicido con sus flechas,
Nada queda cuando nada hay que decir,
Nada queda cuando la confianza deja de ser ciega,
Y el respeto se amordaza o deja de existir.
El odio tomó sin permiso nuestros corazones,
Nuestras almas se volvieron negras y sombrías,
Nada arregla lo que la mentira corrompe,
Y lo que dos ciegos maltratan y pisan,
Poniéndose el orgullo por bandera o por nombre.
Nuestras almas se volvieron negras y sombrías,
Nada arregla lo que la mentira corrompe,
Y lo que dos ciegos maltratan y pisan,
Poniéndose el orgullo por bandera o por nombre.
La vida y el destino nos situó en la salida,
Y nos mostró caminos distintos,
Borrándonos para siempre de tu memoria y mi memoria,
Y fuimos de nuevo dos desconocidos,
Dos desconocidos como la primera vez que nos vimos.
Y nos mostró caminos distintos,
Borrándonos para siempre de tu memoria y mi memoria,
Y fuimos de nuevo dos desconocidos,
Dos desconocidos como la primera vez que nos vimos.
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