Tenía poco más de un metro y medio,
Y ya era el dueño del barrio y del billar,
Pelo negro y mirada fría como el hielo,
Le apodaban el bulldog, se llama Tomas.
Y ya era el dueño del barrio y del billar,
Pelo negro y mirada fría como el hielo,
Le apodaban el bulldog, se llama Tomas.
Era amigo de lo suyo y de lo ajeno,
Las mujeres del barrio le tenían devoción,
Más de una vez los rumores le dieron por muerto,
A más de una le robo el corazón.
Las mujeres del barrio le tenían devoción,
Más de una vez los rumores le dieron por muerto,
A más de una le robo el corazón.
Carabanchel bajo era su barrio,
La Calle del Radio su posesión,
El bar de los Siete hermanos Martin su parada,
Y el Atlético de Madrid su religión.
La Calle del Radio su posesión,
El bar de los Siete hermanos Martin su parada,
Y el Atlético de Madrid su religión.
Las noches las pasaba en el Tijuana,
Esquina Oporto con Camino Viejo de Leganés,
El nunca se andaba por las ramas,
Sus puños y una pistola hablaban siempre por el.
Esquina Oporto con Camino Viejo de Leganés,
El nunca se andaba por las ramas,
Sus puños y una pistola hablaban siempre por el.
Los años pasan para todos,
Incluso han pasado para el,
Se rindió ante los encantos de una dama,
Esa misma que hoy es ya su mujer,
Hoy Tomas es camionero y padre de familia,
Por el barrió con la cabeza baja puedes verle, cerca del metro de Urgel.
Incluso han pasado para el,
Se rindió ante los encantos de una dama,
Esa misma que hoy es ya su mujer,
Hoy Tomas es camionero y padre de familia,
Por el barrió con la cabeza baja puedes verle, cerca del metro de Urgel.
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