viernes, 5 de enero de 2018

AGONIZA Y MUERE MI PUBLO (A Casar de Palomero)






Termino la magia de repente,
y lo que parecía eterno murió,
se cerraron las puertas y cayó el telón,
de aquello que parecía inmortal al tiempo,
se apagaron las luces y termino la función,
y con el nuevo año el Perkins cerro.

Agoniza y muere mi pueblo,
y la vida se disfraza de ausencia,
debatiéndose en duelo con la soledad,
entre la vejez, los olivos abandonados y los huertos por sembrar.

Muere mi pueblo entre derecha e izquierda,
entre el tuerto, el político y el ciego,
condenado por la poca dignidad y la poca humanidad,
de aquellos que siempre pretenden tener la razón.

Muere todo aquello que se construyo con esfuerzo,
con las lágrimas y sangre de nuestros antepasados,
dejando un olor putrefacto y una imagen aterradora,
de calles vacías y futuro asesinado por el egoísmo.

Muere mi pueblo mientras lloran las almas ausentes,
y el viento canta una triste canción desgarradora,
dejando un olor en cada esquina a muerte,
y dejando herida y maltrecha el alma.

Muere mi pueblo entre el pasado y el futuro,
y se marcha la juventud a buscar nuevas metas,
dejando atrás la incertidumbre y así poder lograr sus sueños,
quitándose las cadenas de aquellos que ya no quieren hacer nada.

Agoniza y muere mi pueblo,
mientras las palabras ocupan el lugar de los hechos.

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