Pasan los años empujándose unos a
otros,
al compás del tictac del cruel reloj,
en el precipicio que lleva al vacío del tiempo,
dejando la huella de otro año que paso,
entre el cielo y el infierno.
al compás del tictac del cruel reloj,
en el precipicio que lleva al vacío del tiempo,
dejando la huella de otro año que paso,
entre el cielo y el infierno.
Pasan los años sin pedir permiso, ni
perdón,
escapándose como se escapa el agua entre los dedos,
dejando su marca grabada en el cuerpo,
cubriendo la cara de arrugas y llenando de escarcha el pelo.
escapándose como se escapa el agua entre los dedos,
dejando su marca grabada en el cuerpo,
cubriendo la cara de arrugas y llenando de escarcha el pelo.
Pasan los años sin pausa pero con
prisas,
en esta cuenta atrás que por suerte o desgracia es la vida,
poniendo los clavos a nuestro ataúd y cavando nuestra tumba,
mientras la muerte nos espera al otro lado de la laguna,
para darnos el último, fatal y helado abrazo.
en esta cuenta atrás que por suerte o desgracia es la vida,
poniendo los clavos a nuestro ataúd y cavando nuestra tumba,
mientras la muerte nos espera al otro lado de la laguna,
para darnos el último, fatal y helado abrazo.
Pasan los años sin apenas darnos
cuenta,
dejándonos llevar como si hubiese un mañana,
sin dar importancia a cada segundo que pasa,
mirando hacia otro lado y pensando que nuestra obra es eterna.
dejándonos llevar como si hubiese un mañana,
sin dar importancia a cada segundo que pasa,
mirando hacia otro lado y pensando que nuestra obra es eterna.
Pasan los años y pasa nuestra
vida,
como grano de arena que arrastra el viento,
como gotas de roció en la mañana,
como hoja muerta que cae del árbol.
como grano de arena que arrastra el viento,
como gotas de roció en la mañana,
como hoja muerta que cae del árbol.
Pasan los años y volvemos a ser
polvo,
pasan los años y apenas somos un recuerdo.
pasan los años y apenas somos un recuerdo.
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