Intente escribir de nuevo,
dandole alas a la razón,
pero solo me dictaba letras amargas,
gritos desgarradores de mi corazón.
La tarde se torno en lagrimas,
el cielo lloro y me acompaño,
en esta silla inerte mirando por la
ventana,
oigo el sonido del agua confundido con
las letras tristes de una canción.
Intente evitar que me invadieran los
recuerdos,
para no caer al vació de mi vida,
pero fue inevitable sentir como el
tiempo,
con su imparable avance iba cada
segundo clavándome sus espinas.
No tuve ni un segundo de tregua,
no hubo ni un minuto de paz,
cada día en esta habitación nieva,
y la luz siempre es oscuridad.
Intente escribir de nuevo,
dejando a mi alma en libertad,
pero las cadenas del remordimiento,
me encadenaron una vez mas,
a la culpa que me mata, que me asesina
y me castiga sin piedad.
Hoy suenan en mi cabeza cada palabra de
amor,
hoy me mata cada te amo, cada abrazo y
cada beso,
cada sueño asesinado por mis manos,
y el lamento de no haber sabido estar a
tu lado.
Intente buscar una razón,
a este final que se escribió con
momentos amargos,
con tanto y tanto dolor, e intente
dejar atrás el pasado,
pero esta tarde sin llamarte de nuevo
tu recuerdo volvió a mi lado.
No tuve ni un segundo de tregua,
no hubo ni un minuto de paz,
cada día en esta habitación nieva,
y la luz siempre es oscuridad.
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