Sentado en la orilla del río de los
Angeles,
la paz me toca el alma mientras el agua
susurra a mi oido,
una canción conocida, solitaria y
triste,
dandole vida y llenando de magia mi
corazón.
El murmullo y las emociones se mezclan,
en un baile perfecto al compas de los
sueños,
observo el puente viejo que sigue
uniendo las orillas,
y que es transito casi obligado en
verano.
Me dejo hipnotizar por los peces que
remontan el cauce,
camino de lugares mas elevados para
dejar sus huevas,
una brisa fresca hace que me sienta
vivo y libre,
mientras los chopos se unen y hacen el coro al agua.
Me invaden olores a hierva buena y
tomillo,
haciéndome viajar al mas infinito
recuerdo,
me veo a mi mismo de niño corriendo y
riendo,
jugando con mis amigos a ver quien se
da el primer baño.
La tarde cae tranquila y el sol va
rindiéndose a las horas,
he de partir de tu lado y la verdad es
que no quiero,
llega el momento de la despedida
dolorosa y de las lagrimas,
y de esperar otro año para poder
volver a compartir contigo mis pensamientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario