Hoy te fundes con el mar y sois uno,
las olas mecen ya tu blanca e inmortal alma,
polvo fuiste amigo y en polvo te has convertido,
renaciendo en libertad fundiendote con las olas.
Los lirios acompañan tu ausencia dolorosa,
las lágrimas liberan la carga del corazón,
mientras mi vista se pierde atontada en la nada,
buscando una respuesta a este final y no la encuentro.
Grito al viento un porque solitario y con rabia,
esperando encontrar una razón para tu partida,
pero el silencio enmudece las palabras,
y sólo se oyen los lamentos de las gaviotas.
La tarde se torna sobria y la tristeza lo cubre todo,
quisiera no moverme de aquí y echar raíces,
dejando pasar el tiempo y poder volar otra vez contigo,
juntos de nuevo como tantas e irrepetibles veces.
El sol se oculta y la oscuridad toma la playa,
se que debo dejarte marchar aunque no quiera,
nada consuela en este triste y terrible final,
que la vida nos ha escrito con letras amargas.
No pienses que voy a olvidarte,
pues siempre estarás en mi alma,
cada segundo respiro para recordarte,
cada día añorare el regalo de tu compañía.
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