Movimiento imparable en un baile
arrítmico,
te cruzan a lo lejos el ocio y el
trabajo,
el azul se confunde con el azul del
cielo,
pintando una raya en el lejano
infinito.
Rompes en la arena o en la roca,
dejando un manto blanco de espuma,
mientras miles de gotas acristaladas,
vuelan por el aire y mueren en el
rompeolas.
Infinito azul en el horizonte de la
vista,
señor misterios interminables y
conchas blancas,
conocedor de culturas diferentes y diferentes lenguas,
tumba en todo el mundo de mártires
almas.
Salado, inmenso y grandioso señor,
cuna de vida y lecho de muerte,
eres alegría, esperanza, nueva vida o
dolor,
para aquellos que buscaron tentar la
suerte.
Mis pies descalzos recorren tu orilla,
pisando tu fina y relajante arena,
dejando volar mi soñadora fantasía,
guardando cada imagen tuya en mi memoria.
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