sábado, 11 de febrero de 2017

CRECER


Gracias por tu infinita impaciencia,
por tus palabras hirientes y dolorosas,
por tu falta de tacto, cariño y amistad,
y por los abrazos falsos que murieron sin vida.

Gracias por poner piedras en mi camino,
por abrirme los ojos a la realidad,
por proyectar en mi tus miedos y tus pecados,
y por hacer más difícil y dolorosa mi existencia.

Gracias por mostrarte tal y como eres,
por las puñaladas por la espalda que no veo,
por hacerme la diana de tu lengua de hiel,
y por todos esos momentos tan feos.

Gracias por tu sonrisa fingida cuando hablamos,
por tus desprecios constantes y diarios,
por tu indiferencia, silencios e indultos,
y por todo aquello que siempre me has dado.

Gracias porque gracias a ti sé quién soy,
gracias porque por todo esto se lo que valgo,
he aprendido a levantarme cuando caí,
dejándote atrás en mi funesto pasado.


Gracias por hacerme creer en mi persona,
por hacerme crecer como ser humano,
si un día creí incondicionalmente en el amor,
hoy el tiempo esas huellas ya las ha borrado.

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