Se van atropellando mis recuerdos,
mientras mis manos intentan ordenarlos,
colocando letra tras letra en un folio que era blanco,
dejando brotar con dolor lagrimas desde mi corazón.
Hoy corte una rosa para regalar al amor de mi herida,
dejándola en un jarrón en una sala perdida,
mientras la soledad va ocupando el lugar en su silla,
y la oscuridad va adueñándose de mi triste alma.
Los silencios me atacan sin piedad y sin compasión,
mientras se estremece de frío mi cuerpo,
ya no queda lugar ni sitio para el destino,
y una sombra tenebrosa mata de un golpe el amor.
La música suena de fondo con un mensaje doloroso,
dejando la mirada perdida, inerte y sin vida,
letra tras letra se clava como agujas en la piel,
mandado todo lo que fui y soy al olvido.
Se va atropellando el tiempo,
y se quedan inerte mis temblorosas manos,
haciendo del tictac del reloj un martirio,
y dejándome clavado en mis recuerdos.
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