Recorrimos juntos las calles,
jugamos los mismos juegos,
crecimos sin mirar hacia delante,
y hicimos de la amistad lo eterno.
La vida siguió sin tregua avanzando,
empujada cruelmente por el reloj,
entre nosotros puso cientos de
kilómetros,
aunque soñamos los mismos sueños los
dos.
Escribimos nuestra amistad,
con sinceridad, valor y respeto,
solo tengo que mirar las estrellas,
para sentirte y revivir viejos tiempos.
Tu sabes querido amigo mio,
que nuestra amistad se escribió
eterna,
y que por mucho que soplen los vientos,
yo estaré siempre a tu lado sin
medida,
mas allá de la vida, mas allá del
pensamiento.
Los años pasan deprisa y sin pausa ,
la cabeza se viste de blancas canas,
pero en ti y en mi siempre perdura,
el juramento que nos hicimos una
mañana.
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