Me hice sumiso de sus besos,
esclavo de sus caprichos y deseos,
adicto de un cuerpo único y hermoso,
que no tenia nada por dentro.
Quebré mis alas saltando al vació,
confiado que el amor me acogería,
hiriendo sin remedio mi corazón,
sin saber que era todo una utopia.
Me queme en el infierno de las
palabras,
esas que nunca van acompañadas de
hechos,
que salen de la boca de una diabla,
que solo vive para provocar decesos.
Herí mi alma persiguiendo un fantasma,
que idealice sin razón por su cuerpo,
muriendo tres noches entre sus piernas,
y enterrando para siempre mi ser en su
pecho.
Me estrelle en el muro de la
indiferencia,
en el mandato egoísta,cruel y necio,
que solo te utiliza cuando te necesita,
desechando-te después como un trapo
viejo.
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