El sol quemo mis alas,
Satanás me abrió las puertas del
infierno,
el día que tu cara dejo de tener una
sonrisa,
y mandaste mi corazón al cementerio.
Caí del mas alto sueño,
aterrizando de un golpe en la verdad,
que deja el alma en un puño,
y las horas muertas en soledad.
El camino se me hizo abismo,
y nuestra verdad murió,
enterrando la ilusión y el amor,
bajo la montaña pesada de la
desesperación.
Las fichas fueron cayendo,
haciendo heridas profundas en mi ser,
matando poco a poco todo,
hundiéndome sin ánimos de renacer.
La noche da paso al amanecer,
dejando la vida en penumbra,
haciendo solo sueño el ayer,
dejando en este loco amor su hiel.
La vida tira la venda,
mientras se proclama la verdad,
dejando lagrimas en el alma,
y dando veneno a la realidad.
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