En la posada de las almas rotas,
comparten cama el miedo y el desamor,
las horas perdidas y las historias
macabras,
y algún roto y agónico corazón.
En la posada de las almas rotas,
existe solo un colchón,
empapado de lagrimas saladas,
y pañuelos llenos de tristeza para
dos.
En la posada de las almas rotas,
habitan el odio y el temor,
los minutos hacen noche en soledad,
y las mañanas llegan sin emoción.
En la posada de las almas rotas,
esta presente en cada segundo el dolor,
en la encrucijada siempre de la duda,
que mato y enterró la ilusión.
En la posada de las almas rotas,
no existe el ayer y el mañana,
la vida se hace interminable y mundana,
carente de sentimientos, sin esperar ya
nada.
En la posada de las almas rotas,
el tiempo paro su tictac en el reloj,
mientras la soledad y el desamparo,
ya no sirven desayunos para dos.
En la posada de las almas rotas,
los sueños no sueñan, la vida no vive,
las alas nacen y mueren cortas,
y el fracaso vuela feliz y libre.
Me encanto tu poema esta espectacular!
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