Quiebra la noche un rayo,
mientras el viento recorre la playa,
vertiendo lagrimas dulces del cielo,
sobre la sabana azul salada.
Se mecen las hojas de los arboles,
la luna yace escondida en su cama,
hay un tronar de tambores y sabres,
y llega oscura en tinieblas la mañana.
El viento recorre el paseo,
dibujando en la cortina formas
abstractas,
la calle recoge el granizo y el
lamento,
que produce la tromba de agua.
El día nace melancólico,
la tristeza se mece en el alma,
la ciudad parece un desierto,
con la sonrisa truncada.
Hoy no vuela el corazón,
el sol no asoma en su ventana,
hay un color gris negro funesto,
que mata de un golpe la esperanza.
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