Hacia el suroeste, siempre hacia el suroeste,
persiguiendo sin descanso mi sueño,
dejándome llevar hacia la fuente,
que dio vida y luz a mi cuerpo.
Hacia el suroeste, sin temor, ni miedo,
hacia ti tierra mía extremeña,
donde de niño di mis pasos primeros,
para volver a ser tuyo, para ser
olivo, encina y cerezo.
Hacia el suroeste, en el norte de tu seno,
lindando con la provincia de Salamanca,
entre montañas Hurdanas llenas de
jaras y brezos,
conviviendo con la magia, dando vida al
misterio.
Hacia el suroeste a corazón abierto,
abrazando la naturaleza y la vida,
dejando volar y vivir los sueños,
con las emociones despiertas y los ojos
abiertos.
Hacia el suroeste, siempre hacia el suroeste,
borrando las huellas inversas del
pasado,
con arrugas en la cara y el cuerpo mas
viejo,
buscando la paz que añore tantos años.
Hacia el suroeste, hasta casi el extremo,
donde encontraran la paz mis huesos,
para ser por siempre feliz y eterno,
siendo vida en tu vida, siendo polvo en
tu lecho.
Hacia el suroeste, siempre hacia el suroeste.
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