Se seco la fuente de la lujuria y el
deseo,
donde saciaba la pasión su sed,
entre caricias,saliva y besos,
a diario el corazón y el alma solían
beber.
Se llenaron las los días de nubes,
condenados por las cicatrices de un
ayer,
clavando la vida sus miedos y matices,
entre lo macabro y lo cruel.
El corazón se dividió en mil dolores,
sin sueños que soñar ni alimentar,
el orgullo corto los lazos y piso las
flores,
dañando al amor poniendo alas a la
libertad.
Volamos libres y heridos,
huyendo de la tristeza y soledad,
buscando en otros labios los besos
perdidos,
y una cama nueva que habitar.
La voluntad se torno arisca y pesada,
en un martilleo incesante y salvaje,
clavando sus garras dolorosas,
haciendo mas inhóspito y pesado el
viaje.
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