En mis manos guardo caricias para darte,
en mis labios besos de pasión,
en mi piel ganas de rozarte y
abrazarte,
y en tu pecho mi corazón.
Guardo en mi memoria nuestros gemidos,
los encuentros entre los dos,
los cuerpos deseosos y fundidos,
jugando sin limites al juego del amor.
Me deje la vida y la razón en tu
cuello,
mi saliva en tus pezones y tus glúteos,
encontré mi tesoro remontando tus
muslos,
morí sin remedio dando placer a tu
sexo.
Volé cuando mi sexo penetro tu sexo,
al compas de movimientos placenteros y
bruscos,
a veces suaves, cariñosos y eternos,
al compas de tus caderas y el baile de
tus senos.
Explotamos muchas veces si control, ni
remedio,
como volcanes que guardaron la lava
mucho tiempo,
tu en mi cara y mi boca, y yo en tu
culo y tus pechos,
para dormirnos abrazados relajados en
el lecho.
La mañana nos encontró desnudos,
agarrado a tu espalda sintiendo tu
cuerpo,
haciendo excitante y pasional el
momento,
para dar alas a la pasión y derramar
el néctar del deseo.
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