Un millón de palabras dolorosas,
esas que se pierden hoy en el olvido,
condenadas por un pasado inerte,
que fue dejando cadáveres en el
camino.
Un millón de sueños mal soñados,
en un rincón escondidos y olvidados,
por miedo a existir hoy o mañana,
con tendencia masoquista al suicidio.
Un millón de besos no encadenados,
en tus labios y los míos,
se quedaron guardados y dormidos,
condenados por el desamor y el frio.
Un millón de abrazos no dados,
mirando en distintos sentidos,
condenados a destinos diferentes,
viviendo por siempre sin piedad en el
limbo.
Un millón de sin sentidos,
sentenciados por este tictac maldito,
que dejo huérfano tu corazón,
y muerto el mío.
Un millón de segundos mal vividos,
sin piedad para mi,sin razón para ti,
en este tiempo de maldad y desánimos,
carentes de nuestra piel y caricias,
invitándonos a ser,enemigos y
extraños.