A mi espalda con traición,
en este silencio que se hizo,
en el momento dormido y mas rápido,
que con dolor y agonía despierta.
Dura es la caída entre el ayer y el
hoy,
en el golpe certero que derriba el
físico,
antecediendo a la rotura de lo que era
inquebrantable,
para nadar a la orilla de una
recuperación tortuosa.
Nada hay que temer si el corazón es
luchador,
nada hay que temer si la voluntad es es
fuerte,
aunque el dolor sea inmenso e
insoportable,
la meta siempre esta al alcance y
presente.
No hay mas voluntad que vivir,
ni mas sentidos que un sueño,
pues no hay que darse por vencido,
por males propios o ajenos.
La vida nos pone aprueba,
para saber si somos luchadores y
dignos,
no hay mayor consciencia,ni destino,
que andar y seguir de pie,aunque tenga
baches el camino.
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