Camine a veces por el lado oscuro de la
vida,
aunque a veces la oscuridad vista de
blanco,
con llantos y sombras que a veces me
habitan,
y unos labios con veneno para besarlos.
Habite en el extremo de la duda,
en el mas cierto de los inciertos
pecados,
cayendo en el abismo mas profundo,
con aterrizaje en tus brazos.
Volé sin alas y sin miedos,
para estrellarme en la memoria,
del fantasma traicionero,
que mi espalda apuñalaba.
Reconstruí un corazón roto,
con pegamento de sueños,
un ideal de destino idealizado,
con un pie en el cementerio.
Salte al vació que deja la ira,
de un amor traicionero,
me sumegí en falacias y mentiras,
para ahogarme sin remedio.
Transcurrió cada segundo sin darme cuenta,
aunque en mis carnes se marcaban,
quise dejar dignidad y huellas,
pero solo huellas hay en mi alma.