La vida debería ser,
sin cargas del pasado,
con sentido del presente,
sin prisa de futuro.
Este presente que es la única
libertad,
libertad que tiene el ser humano,
en este preciso y cruel segundo,
que se encamina sin remedio a
convertirse en minuto.
Un minuto que no es nada en el correr
del tiempo,
y menos si lo derrochas,
dejando que la felicidad no te toque,
y enterrando tus sueños.
Que no quiebren tu ilusiones,
que no te creen miedos,
que nadie te haga pensar que no vales,
que nadie te corte tus alas y lastre
tus sueños,
porque cada persona es única en su
corazón,en su vida y en el universo.
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